Residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, ¿por qué reciclarlos?
Los aparatos eléctricos y electrónicos son cada vez más numerosos en nuestras vidas: grandes y pequeños electrodomésticos, equipos de informática y telecomunicaciones, aparatos electrónicos de consumo, de alumbrado, herramientas eléctricas o electrónicas, juguetes y equipos deportivos o de tiempo libre, equipos médicos, instrumentos de vigilancia o control o máquinas expendedoras.
En el mundo se generan 40 millones de toneladas de basura electrónica al año
En España, las familias consumen 567 millones de kilos anuales de nuevos aparatos de todo tipo y se estima que deberían reciclarse unos 369 millones de kilos cada año, según datos de Ecolec, una fundación que trabaja por su recuperación y reciclaje. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señalaba en 2010 que en el mundo se generan 40 millones de toneladas de basura electrónica al año y que el volumen de la chatarra electrónica crece entre un 16% y un 28% cada cinco años, el triple que la basura domiciliaria. En países como India y China se calcula que la basura generada solo por los ordenadores en desuso aumentará un 500% en la próxima década.
Cuando estos aparatos se desechan, se convierten en unos residuos muy contaminantes. La inmensa mayoría contiene sustancias como bromo, cadmio, fósforo o mercurio que pueden ser muy dañinos para la salud y el medio ambiente. Está estudiado que el fósforo de un televisor puede contaminar hasta 80.000 litros de agua o que un frigorífico mal reciclado emite a la atmósfera gases de efecto invernadero (GEI) equivalentes a las emisiones de un coche en 15.000 kilómetros.
La recuperación correcta de dichas sustancias ahorra además dinero y recursos en su proceso de extracción, una de las fases más agresivas con el medio ambiente. José Ramón Carbajosa, director de Ecolec, explica que “recuperarlos requiere menos energía (10% menos en el caso del cobre) y se generan menos desechos (en potencia un 98% menos) que al extraerlos de la naturaleza, sin olvidar que muchos materiales (cobre, oro, plata o aluminio) son valiosos por sí mismos.”
La legislación ambiental es cada vez más exigente y no reciclar estos residuos, como lo señala, es un fraude. En fechas recientes, el Parlamento Europeo ha aprobado una norma más estricta de recogida y reciclaje de RAEE, que deberá adaptarse al ordenamiento jurídico español para entrar en vigor. Según Matías Rodrigues, director general de la Plataforma Europea de Reciclado (ERP), “el impacto a corto plazo de esta nueva normativa será reducido, pero a medio y largo plazo habrá mayores niveles de exigencia en las cantidades mínimas que deberíamos reciclar en España.”
Cómo se reciclan los aparatos eléctricos y electrónicos
Los ciudadanos concienciados con el medio ambiente deberían seguir las tres erres del ecologismo también con los aparatos eléctricos y electrónicos:
- Reducir en lo posible su uso, tener solo los necesarios.
- Reutilizarlos para darles una vida más larga. Si todavía funcionan, se pueden regalar a un amigo o familiar, donarlos a proyectos para que se aprovechen de manera solidaria o enviarlos a diversas iniciativas de Internet que permiten reciclar sin moverse de casa viejos aparatos, como teléfonos móviles y, a la ve, ganar dinero.
- Reciclarlos: si el aparato no funciona y se compra uno nuevo, el establecimiento está obligado por ley a aceptarlo gratis y encargarse de él para que se gestione de forma conveniente. Cuando está operativo, el Plan Renove de electrodomésticos es un buen momento para sustituir los viejos por otros nuevos de alto ahorro energético. Si solo se quiere deshacer del aparato, hay que llevarlo a un punto limpio. La Fundación Ecolec los localiza en un mapa de su página web para que el ciudadano encuentre el más cercano.
Así funcionan las plantas de reciclaje
Una vez que los residuos llegan a las plantas autorizadas de reciclaje, se les retiran los elementos contaminantes, y el resto de componentes (plástico, aluminio, cobre o vidrio) se procesan para fabricar nuevos productos. Según José Ramón Carbajosa, el proceso de reciclaje de los dispositivos electrónicos es relativamente sencillo en comparación con el de otras industrias.
La mayor parte de los componentes pueden separarse por medios mecánicos y se calcula que el 70% de cada dispositivo puede transformarse en materias primas aprovechables. En este proceso toman parte diversos profesionales que garantizan su correcto tratamiento ambiental, como puede verse en la sección “En imágenes” dedicada a este tema de la edición impresa de EROSKI CONSUMER.
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